Mi
nombre es Nathalie, soy tejedora de Ojos de Dios, profesora de
Estado en Castellano y estudiante de un Master en Literatura Latinoamericana,
en la Universidad de Santiago de Chile.
Mi misión
como tejedora, comenzó con el nacimiento de mi primer hijo Emiliano. Durante mi
embarazo y preparando su nacimiento en una junta sobre parto conciente con
Michell Odent, conocido obstreta que dejó de atender partos en clínicas para
apoyar y difundir en todo el mundo el parto respetado y natural. En esa junta
en la Universidad de Santiago, en donde asistieron parteras de distinto origen
étnico y de transmisión oral y matronas de distinta formación universitaria,
Michell Odent, se refirió a muchos temas incluyendo en estos a la función de la
acompañante de la parturienta, doula o matrona. En ese momento dijo que lo
mejor que podía hacer una partera era quedarse en un rincón y acompañar en el
parto a la mujer tejiendo. Hay muchas razones cósmicas que explican esto, que
se sienten y se entienden sólo tejiendo.
Así un día,
también durante mi embarazo, me encontré con los ojos de Dios donde la abuela de Emiliano. Le pedí, sin saber nada de la historia de
los ojos de Dios, que tejiera unos para nuestro cachorro y los pusiéramos en un
móvil.
Nos dimos
cuenta de que muy pronto, tras nacer, Emiliano desarrollaba
una concentración y tranquilidad impresionantes cada vez que estaba junto a los
ojos de Dios, quienes acompañaban su sueño.
A los
meses, nacía mi primer sobrino nieto, Bastián. Decidí tejer para él yo misma,
unos ojos de Dios para que acompañaran su camino y lo protegieran. Esos fueron
mis primeros ojos de Dios. De ahí no paré, ni pararé de tejerlos.
Curiosamente,
luego, investigando historias y relatos (que es mi otra misión) llegó a mi la
información de que los ojos de Dios, eran tejidos por los huicholes como parte
del ritual de bienvenida y crecimiento de los niños y niñas, más o menos hasta
los cinco años de edad.
Esta
información se conectó con otras, que también tienen que ver con los tejidos y
con mi formación profesional: los textos, la historia de los pueblos
originarios que habitan Latinoamérica, y los tejidos como textos,
etimológicamente y experimentalmente.
Los Ojos de
Dios son un viaje, una construcción, un registro del viaje del peyote que
realizaban ancestralmente y realizan los huicholes...
Y bueno, si
quieren saber más, para eso trabajamos...
Hola Nathalie, recientemente asistí a un taller de tejido, el cual me hizo experimentar una maravillosa sensación de paz y concentración, nuestra instructora nos habló del origen de estos tejidos en la cultura huichola, esto despertó mi curiosidad y tengo un par de días investigando.
ResponderEliminarMe gustaría que me ayudes a aclarar un par de dudas, cuando me anoté para el taller se dijo que tejeríamos mandalas, pero investigando estos son llamados ojos de Dios. Entonces, ¿son los ojos de Dios y los mandalas tejidos la misma cosa?
Mi otra duda es: Según he leído los ojos de Dios deberían ser de 4 puntas y en forma de diamante, el padre teje un diamante por cada año de vida del niño hasta que este tenga 5 años, es un amuleto que se coloca en la habitación del niño para su protección y en los rituales del tambor (se presenta a los niños a Dios) se colocan estos diamantes sobre sus cabezas cada año, para que Dios pueda verlos a través de ese amuleto. Seguro que esa info ya la sabes...Aquí viene la pregunta: ¿Por qué hay tejidos de 8, 12, y más puntas? porqué se hacen formas distintas al diamante? es una adaptación cultural? es una forma que usaban los huicholes? también se llaman ojos de Dios? o estos son mandalas?
Te agradecería mucho si me ayudas a aclarar, porque no he conseguido la respuesta investigando.
Un abrazo de paz desde Caracas - venezuela.
Namaste